“Me gusta que me critiquen, si te critican es porque estás
haciendo algo”.
Aparentaba nublado y amenazante el cielo del pueblo cuando
Carlitos calló de una sola palabra a su perro y preguntó qué era lo que yo quería.
Sonaba un adorno viejo con falta de aceite seguramente, en el modular
donde tiene todos los premios y trofeos que ganó. Cuando le pregunté hace
cuanto vivía acá me dijo: “toda la vida, nunca pensé irme” y se llevó
la mano a la frente, preguntándose en su cabeza, buscando recuerdos.
El abuelo fue fundador de Club El Progreso, el histórico
Club de Santa María, a su vez primer presidente de la institución y con el
paso de los años le fue trasmitiendo a las nuevas generaciones, el amor y las
ganas de hacer grande al “Progre”.
Es así que Carlitos, fue tres veces seguidas tesorero,
también vicepresidente y vocal. Aproximadamente 25 años en la
institución... “El puesto no importa para nada, trabajo donde sea”. Desde
los 13 años empezó su carrera en el club, jugando al fútbol, primero de siete y
después de nueve. Hoy es presidente de la Sub Comisión de Bochas y también
participa del equipo que casi siempre está peleando todos los torneos.
-¿Pasado o Presente?
“Me gusta el pasado, porque antes era joven. El pueblo hoy
está mucho mejor, eso es indiscutible”.
Con cara de conformidad y alegría mezclada, dice que la
tranquilidad no se puede comprar, vivir tranquilo es esencial. “Yo me levanto, desayuno lo
que sea, hago los mandados, trabajo en mi casa y me voy a la cancha de
bochas. Limpio, arreglo el piso de la cancha.”
Se mueve para atrás, con una mirada entrecerrada y se levanta
y me muestra los llaveros que coleccionaba cuando trabajaba en Vialidad,
llaveros de todos lados, un montón. También estuvo haciendo teatro, era
locutor, y hacían obras “todas gauchescas”, adaptadas según los recursos que
tenían. Se presentaban en toda la zona y llenaban los salones en Hinojo,
Coronel Suárez, Arroyo Corto, entre otros lugares que recordaba nervioso
moviendo las llaves, preocupado porque se le hace tarde y tiene que tomar un
vino con Norma.
La música nunca fue lo suyo, una vez quiso tocar la guitarra
y le resultó muy difícil. Aun así, refregándose los ojos, recordó a
su padre, que tocaba la verdulera.
-¿Qué le dirías a la gente de Santa María?
“Trabajen por el club y las instituciones, porque por más
que hallan diferentes subcomisiones, tenemos que trabajar todos juntos, porque
todo gira en torno a El Progreso”.
Es así que Carlitos hizo práctica la herencia del trabajo
unido y esforzado para el bien común, en el club, en el teatro, con su casa,
donde fuera, siempre con el acompañamiento de la familia.
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