martes, 6 de septiembre de 2016

El problema socioeconómico se siente en la vitivinicultura.

Por Gladys Zubeldía
Albarracín y Los Haroldos participan por
quinta vez de la Feria.
El fin de semana se llevó a cabo la 8° Feria de Vinos y Arte, en la Sociedad Rural de Coronel Suárez. El sábado por la noche, Pablo Albarracín, Gerente Comercial de la Bodega Los Haroldos, habló entre otras cosas de la situación del mercado.
Se puede decir que el vino de bandera que representa a dicha Bodega es el Nampe, (antes Los Haroldos), pero por una cuestión marquetinera se le cambió el nombre. La premisa fundamental es apuntar a la relación precio-calidad. El malbec sigue siendo uno de los atractivos para los europeos, ya que es una cepa emblemática argentina. Aunque ahora, desde Mendoza y el Instituto de Vitivinicultura, se le está dando mucha movida al bonarda, para emular en cierta forma lo que sucedió con el malbec.  El cambio de gobierno tuvo su injerencia,  dentro de la situación económica en cuanto a las ventas inflluyendo muchísimo. No tanto en llamado impuesto al espumante que se sacó, porque más que nada es de exportación. En Argentina sucede mucho la falta de información específica, ya que suele decirse que no se sacó o que se puso tal impuesto, el consumidor no sabe bien los detalles. El contexto socio económico está afectando mucho y principalmente en el vino de traslado, que es el vino a granel, es la parte más comprometida. No hay buenas políticas, se ve que sucede con las industrias regionales, son las que están padeciendo las pequeñas fincas, que tienen su producción de uvas y le venden a alguna bodega grande. A su vez estas, han de estar en el mismo problema, por cuanto no todas tienen una producción grande como para abastecer la demanda, entonces deben salir a comprar a las pequeñas fincas, exigiéndoles además, sanidad, cuidado y que lamentablemente es en precio dólar. También los corchos, las capsulas y demás insumos. Esto hace que ese tipo de economía influya mucho. Se nota muchísimo la falta de dinero en el consumidor, por consecuencia la baja en el consumo. Por otro lado, en nuestro caso, no en todos, el tema de exportación nivela un poco la situación en cuanto al mercado interno, y se exporta pero no con los nombres conocidos, llevan otros, por las licencias etc.  Se está apuntando al futuro y a que se resuelva, hay muchas bodegas, marcas, está todo muy entomizado y se hace difícil. Se trata de mantener siempre la política de la calidad, en relación al precio, haciendo degustaciones, promociones, viendo de llegar a todos lados, pero a la clase media es a donde más se apunta.  Hay una ruta de vino muy extensa de punta a punta del país y de la cordillera a la costa (esta última ha empezado a incursionar en la vitivinicultura hace poco), haciendo que la competencia sea mayor. La condición del clima es la amplitud térmica, la diferencia entre el día y la noche. Lo clásico esta, pero al haber tanta variedad, el consumidor gusta de probar lo nuevo. Las primeras bodegas implantadas en el país son Salta, San Juan y Mendoza (cuna del vino), pero ya no tiene frontera, ya que por ejemplo, se compite con los vinos chilenos, tienen otras políticas, lo desarrollan de otras maneras. Hay que ver la protección que da el estado, hay países donde se pone un freno y ahí todo se complica. En cuanto a la competencia, no es el caso de Coronel Suárez, (con su bodega) pero sí en la zona de cuyo. Si bien el consumidor tiene derecho a tener un gran abanico de ofertas, deben existir barreras proteccionistas que impidan la competencia, no desleal, pero que un productor chico que viene trabajando con tanta dificultad en algunos casos, no se vea perjudicado por la entrada de otros vinos.                                                     

“Familia Falasco”, que en la actualidad procesa aproximadamente 60 millones de litros entre las dos bodegas, repartiendo entre mercado interno y exportación,está hace casi 70 años en el mercado. Originarios de Chacabuco, luego de algunos viajes que hizo el tatarabuelo del actual dueño a Mendoza, cuando buscaba vino a granel para envasarlo en dicha ciudad de origen, por la demanda que tenían, decidieron trasladarse a la provincia mencionada, comprando una finca y así comenzaron con la tradición vitivinícola. Para fin de año piensan sacar un vino, cuya etiqueta llevara el nombre  de Chacabuco, en honor a la ciudad de origen de la familia Falasco, la cual les dio la oportunidad de desarrollarse. 

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