Por Gladys Zubeldía
Albarracín y Los Haroldos participan por quinta vez de la Feria. |
El fin de semana se llevó a cabo la 8° Feria de Vinos y Arte, en la
Sociedad Rural de Coronel Suárez. El sábado por la noche, Pablo Albarracín,
Gerente Comercial de la Bodega Los Haroldos, habló entre otras cosas de la
situación del mercado.
Se puede decir que el vino de bandera que representa a dicha
Bodega es el Nampe, (antes Los Haroldos), pero por una cuestión marquetinera se
le cambió el nombre. La premisa fundamental es apuntar a la relación
precio-calidad. El malbec sigue siendo uno de los atractivos para los europeos,
ya que es una cepa emblemática argentina. Aunque ahora, desde Mendoza y el
Instituto de Vitivinicultura, se le está dando mucha movida al bonarda, para
emular en cierta forma lo que sucedió con el malbec. El cambio de gobierno tuvo su injerencia, dentro de la situación económica en cuanto a
las ventas inflluyendo muchísimo. No tanto en llamado impuesto al espumante que
se sacó, porque más que nada es de exportación. En Argentina sucede mucho la
falta de información específica, ya que suele decirse que no se sacó o que se
puso tal impuesto, el consumidor no sabe bien los detalles. El contexto socio
económico está afectando mucho y principalmente en el vino de traslado, que es
el vino a granel, es la parte más comprometida. No hay buenas políticas, se ve
que sucede con las industrias regionales, son las que están padeciendo las
pequeñas fincas, que tienen su producción de uvas y le venden a alguna bodega
grande. A su vez estas, han de estar en el mismo problema, por cuanto no todas
tienen una producción grande como para abastecer la demanda, entonces deben
salir a comprar a las pequeñas fincas, exigiéndoles además, sanidad, cuidado y
que lamentablemente es en precio dólar. También los corchos, las capsulas y
demás insumos. Esto hace que ese tipo de economía influya mucho. Se nota
muchísimo la falta de dinero en el consumidor, por consecuencia la baja en el
consumo. Por otro lado, en nuestro caso, no en todos, el tema de exportación
nivela un poco la situación en cuanto al mercado interno, y se exporta pero no
con los nombres conocidos, llevan otros, por las licencias etc. Se está apuntando al futuro y a que se
resuelva, hay muchas bodegas, marcas, está todo muy entomizado y se hace
difícil. Se trata de mantener siempre la política de la calidad, en relación al
precio, haciendo degustaciones, promociones, viendo de llegar a todos lados,
pero a la clase media es a donde más se apunta.
Hay una ruta de vino muy extensa de punta a punta del país y de la
cordillera a la costa (esta última ha empezado a incursionar en la
vitivinicultura hace poco), haciendo que la competencia sea mayor. La condición
del clima es la amplitud térmica, la diferencia entre el día y la noche. Lo
clásico esta, pero al haber tanta variedad, el consumidor gusta de probar lo
nuevo. Las primeras bodegas implantadas en el país son Salta, San Juan y
Mendoza (cuna del vino), pero ya no tiene frontera, ya que por ejemplo, se
compite con los vinos chilenos, tienen otras políticas, lo desarrollan de otras
maneras. Hay que ver la protección que da el estado, hay países donde se pone
un freno y ahí todo se complica. En cuanto a la competencia, no es el caso de
Coronel Suárez, (con su bodega) pero sí en la zona de cuyo. Si bien el
consumidor tiene derecho a tener un gran abanico de ofertas, deben existir
barreras proteccionistas que impidan la competencia, no desleal, pero que un
productor chico que viene trabajando con tanta dificultad en algunos casos, no
se vea perjudicado por la entrada de otros vinos.
“Familia Falasco”, que en la actualidad procesa
aproximadamente 60 millones de litros entre las dos bodegas, repartiendo entre
mercado interno y exportación,está hace casi 70 años en el mercado. Originarios
de Chacabuco, luego de algunos viajes que hizo el tatarabuelo del actual dueño
a Mendoza, cuando buscaba vino a granel para envasarlo en dicha ciudad de
origen, por la demanda que tenían, decidieron trasladarse a la provincia
mencionada, comprando una finca y así comenzaron con la tradición vitivinícola.
Para fin de año piensan sacar un vino, cuya etiqueta llevara el nombre de Chacabuco, en honor a la ciudad de origen
de la familia Falasco, la cual les dio la oportunidad de desarrollarse.
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