jueves, 4 de mayo de 2017

A 35 años del hundimiento del Crucero “Ara General Belgrano”

Por Josefina Aguilera

El espíritu guerrero de sus tripulantes está intacto

Punta Alta- Como casi todos los años desde hace algunos, fui a cubrir la ceremonia de un nuevo aniversario del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano. Llegué temprano a la plaza que recuerda su nombre y esperé el comienzo bajo el sol otoñal de mi ciudad, Punta Alta. Finalmente a las 16 comenzó el recuerdo. 
35 años pasaron, ya todo es diferente. Hasta el clima está cálido, no hay nubarrones, mucho menos el gélido viento que aquel 1 de mayo levantaba olas de hasta 8 metros. Hoy hasta se habla de Malvinas más que años atrás… ahora todo cambió. 

Pero hay algo que está intacto… el espíritu guerrero de aquellos que tripulaban al viejo crucero. Hace 35 años zarparon de Puerto Belgrano rumbo al conflicto que marcaría una de las páginas más importantes de la historia argentina.
Eran 1093 hombres embarcados en aquel monstruo de acero que ya tenía 44 años de historia y se había convertido en el buque insignia de la Flota Argentina. 
En la ceremonia desarrollada en la plaza que recuerda el hecho, se vio a los sobrevivientes contar con el pecho henchido, casi cronológicamente, todo lo sucedido

Aquel 16 de abril la misión era zarpar hacia el sur con el objetivo de sumarse a las fuerzas argentinas para defender los ingresos a las islas. El 1 de mayo enfilaron rumbo al área de conflicto con la orden de quedarse fuera de la zona de exclusión. Un día después la historia de los apremios internacionales argentinos cambiaría para siempre.
A las 16.01 del 2 de mayo todo cambió. Los testimonios coinciden…el buque tembló, se escuchó una explosión y gran parte quedó a oscuras. Casi inmediatamente un nuevo sacudón, y la herida de muerte ya estaba consumada.
En esta ceremonia los guerreros que volvieron contaban que los gritos, los quemados, los pedidos de ayuda, las llamas y los hierros retorcidos y calientes se apoderaron del ARA Crucero General Belgrano. 

Esta vez el ataque fue certero. El guerrero iba rumbo a su destino marcado. 
Aquel que había salido airoso de Pearl Harbor luego del ataque japonés con el nombre de Phoenix había llegado al final .Su último aliento estaba cerca y con él se irían 323 tripulantes, casi la mitad de la cantidad de soldados muertos en la guerra.

La Plaza Crucero Belgrano en Punta Alta fue, este 2 de mayo, un tesoro de recuerdos y emociones. Este relato lo contaban sus rostros y lo corroboraban sus disimuladas lágrimas.
El Intendente de Coronel Rosales, Mariano Uset, hizo mención a la confraternidad que es perpetua entre los sobrevivientes y les pidió que enseñaran como se hace para trabajar en equipo en un mismo barco y sin enemigos internos. Haciendo un paralelismo con la actual situación política que le toca vivir.

Formalmente, luego se colocaron ofrendas florales y un breve desfile de ex tripulantes coronó la ceremonia.
Todo había terminado como aquel 2 de mayo. Pero la historia continúa ,los testimonios siguen surgiendo porque hay guerreros vivos que cuentan historias y guerreros muertos que descansan en el fondo del mar que aseveran el amor a la Patria, ese amor que hizo que den la vida por Ella.
Todos se fueron. La ceremonia terminó pero las emociones siguen.

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