viernes, 1 de septiembre de 2017

¿Dónde está Santiago? Notas de opinión.

¿Quién sabe dónde está Santiago Maldonado?

Por Isabel López
Desde el primero de Agosto, se desconoce el paradero de Santiago Maldonado. Fue visto por última vez en una protesta mapuche en Cuschamen, Chubut, donde, tras una represión realizada por fuerzas federales, se lo llevaron en una camioneta de gendarmería. Nadie más lo volvió a ver.
Hace un mes que el Estado aplicó sus fuerzas para oprimir a las comunidades mapuches por reclamar las tierras que les habían sido arrebatadas hace años.
Hace un mes que Santiago está privado de su libertad y sus derechos como ciudadano argentino.
Hace un mes que también se les niega el derecho a la familia y a los ciudadanos de conocer la verdad.
Hace un mes que sus padres, amigos, conocidos e incluso personas que nunca lo conocieron, luchan incansablemente por devolverle a este joven todo lo que le han quitado.
Hace un mes que el Estado nacional desconoce la causa y niega la desaparición forzada de Santiago, argumentando que se encuentra ‘’perdido o extraviado’’, como si fuese un animal.
Hace un mes que no se lleva a cabo una verdadera investigación que pueda aportar mínima información sobre lo que pasó con el joven para poder encontrarlo.
Hace un mes que miles de ciudadanos, tanto argentinos como de otros países, realizan marchas y pedidos de justicia y de la aparición de Santiago.
Hace un mes que otros miles de ciudadanos, tanto argentinos como de otros países, justifican la desaparición forzada de Santiago con el típico argumento despreciable de ‘’algo habrá hecho’’.
Hace un mes que el caso de Santiago Maldonado se ha convertido en una batalla política en dónde todos se quieren salvar de la culpa y nadie hace algo para resolver las injusticias de este país.
Hace un mes que el Estado comete delito continuado, porque se comete todos los días hasta la aparición de Santiago.

Hace un mes que ocurrió el hecho que ronda por todos los medios de comunicación, pero que, de pasar mucho más tiempo, va a perder importancia y quedará en el olvido.
Hace un mes que los argentinos tienen otro desaparecido en su lista durante un régimen democrático.
No se puede permitir que pase más tiempo y no se haga justicia porque una desaparición forzada es ‘’el arresto, la detención, el secuestro o cualquier forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley’’ (Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas de las Naciones Unidas).
Su familia creó una página web (www.santiagomaldonado.com) para que toda información verídica sea transmitida a la audiencia y, también, para poder aportar datos que ayuden a la investigación.
No dejemos pasar más tiempo. Aparición con vida de Santiago Maldonado.

Santiago Maldonado, ¿verdad oculta o un karma que perdura?                

Por Alexis Bernaola
Más de 200 años transcurrieron de la consolidación del estado nacional Argentino y la expansión colonialista producida en las décadas siguientes. La cual que trajo como resultado la exterminación casi completa de los habitantes originarios del actual territorio argentino.
Hoy la sociedad argentina se plantea un acontecimiento mediático, que ya es de interés público. La desaparición de Santiago Maldonado un artesano de 28 años, oriundo de la provincia de Buenos aires que se mudó hace algunos meses a la ciudad de El Bolsón, en la provincia de Río Negro. Amante de la naturaleza y en favor a los reclamos realizados por el pueblo Mapuche, Santiago acudió a una manifestación a favor de los derechos de los pueblos originarios, sitio en el cual, y según el relato de los testigos, fue detenido por oficiales de la gendarmería nacional. Desde ese momento no volvió a saberse nada de su paradero.  Este hecho, sumado a la detención de otros miembros de la comunidad Mapuche, deja nuevamente en suspenso antiguos aspectos que quedaron pendientes en la historia, como es la exterminación de los pueblos originarios y la discriminación étnica que aún persiste en algunos sectores de nuestra sociedad. Por otra parte, una cuestión publica que se amolda a la situación de quien desee utilizarla para su propio beneficio y a su vez genera un replanteo sobre la participación de las fuerzas armadas en hechos de terrorismo de estado.
La verdad es que a ciencia cierta y con el correr de las horas poco se sabe del paradero del joven Santiago Maldonado ni tampoco de pistas concretas que apoyen alguna teoría. Mientras que la imagen de Santiago se dispersa por todo el territorio argentino como una sombre de un pasado inconcluso.

Santiago Maldonado, aun sin respuestas.

Por Patricia Berrutti
Santiago Maldonado, un joven de 28 años, está desaparecido y la última vez que lo vieron fue el 1 de agosto en Cushamen, Chubut, acompañando una protesta de la comunidad mapuche.
Según testigos, Gendarmería Nacional reprimió a los manifestantes con balas de plomo y se lo habría llevado a la fuerza en una camioneta. Lo cierto es que aún hoy nada se sabe y no aparece.
La familia sostiene que lo de Santiago fue una desaparición forzada. Germán uno de los hermanos, asegura: "Algunos medios dijeron mentiras, no es cierto que mi hermano era un terrorista. Lo juzgan porque tiene barba y rastras. Quiero decir que mi hermano no es ningún terrorista, es un buscador de la libertad y una excelente persona. Le exijo como ciudadano a la ministra Bullrich y al presidente Macri que me digan en dónde está mi hermano, quién se lo llevó. Hay testigos que vieron que se lo llevaron unos gendarmes y que lo cagaron a palos antes de meterlo en una camioneta de la Gendarmería...".
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, vocera del gobierno, asegura que Gendarmería no tiene nada que ver con la desaparición de Maldonado, además que “no se trata de una desaparición forzada”.
Ahora bien, los discursos de la funcionaria no son argumentos válidos para muchos. Las críticas pasan distintas esferas nacionales e internaciones, artistas, figuras del mundo de la cultura, opositores y un amplio sector de la sociedad argentina.
Organismos defensores de los Derechos Humanos y familiares de víctimas de la violencia institucional pidieron el 24 de agosto que se tome el caso por una desaparición forzada.
Adolfo Pérez Esquivel, activista y defensor de los derechos humanos, consideró que el cambio de carátula en la investigación por el paradero de Santiago Maldonado es un indicador más de que el gobierno nacional “es responsable” de esa desaparición forzada y les exigió a los responsables del Ministerio de Seguridad “dar explicaciones” del caso. “Ellos saben qué pasó” con el joven, remarcó.
Otro tema que salió a la luz por estos días fue la similitud que algunos encuentran con la desaparición de Julio López. La diferencia es muy clara, Santiago desapareció en manos de un organismo de seguridad del Estado nacional, que es la Gendarmería.
Algunas preguntas hoy no tienen respuesta
¿El gobierno reconocerá el delito que cometió la Gendarmería?
¿Se abrirán todas las posibilidades investigativas?
¿Dónde está Santiago Maldonado?
Una persona está desaparecida y necesitamos saber la verdad.

No está extraviado, está desaparecido

Por Rocío Arguello
El pasado 1 de agosto, se produjo una violenta represión a la comunidad Mapuche en Cushamen (Chubut), llevada a cabo por parte de la Gendarmería Nacional, quién irrumpe en la protesta, sin que medie orden judicial, atacando a la comunidad con disparos de balas de goma, perdigones de plomo y quemando todas sus pertenencias.
Santiago Maldonado, de 28 años de edad, mochilero, oriundo de la localidad de 25 de Mayo, se encontraba en el lugar apoyando la causa Mapuche. Allí se lo vio por última vez.
Cuentan testigos presentes en el lugar de los hechos, que Santiago fue apresado y subido a un vehículo perteneciente a las fuerzas de seguridad.
Los hechos fueron denunciados por familiares de Maldonado y la causa judicial quedó a cargo del juez federal de Esquel, Guido Otranto, quién intimó al Gobierno Nacional a informar si la fuerza de seguridad había detenido a Santiago, y sobre qué medidas tomaron para investigar la causa.
La respuesta concluye con la negación de los hechos.
Desde el Ministerio de Seguridad ratificaron que Gendarmería no está vinculada con la desaparición y ponen en duda los testimonios que recabó la justicia hasta ahora.
“Con vida lo queremos”, diferentes organizaciones internacionales de Derechos Humanos, ciudadanos argentinos y residentes en otros países reclaman mediante marchas por la aparición de Santiago.
Los medios de comunicación allegados al Gobierno, publicaron noticias acerca de rumores y denuncias de personas que dicen haber visto a Santiago en distintas partes del país, e incluso, que podría haber sido asesinado por los propios mapuches, aun cuando la justicia tiene testigos. Intentan desviar.
La causa iniciada como “averiguación de delito”, el 24 de agosto fue recaratulada como “desaparición forzada de persona”.
Éste delito tiene como principal responsable al Estado.
Como ciudadanos exigimos un Estado presente, porque estamos en Democracia, queremos que respeten nuestros derechos, y que ese pasado oscuro que dejó huellas en nuestro país no vuelva “nunca más”.
Hoy más que nunca exigimos la aparición con vida de Santiago Maldonado.

La histórica lucha de los pueblos originarios y una nueva víctima.

Por Ivana Cuello
El primero de agosto desapareció Santiago Maldonado. Según testigos la última vez que se lo vio fue durante la represión por parte de Gendarmería sin orden judicial de desalojo a una manifestación Mapuche en Chubut.
Santiago (28) nació en la localidad de 25 de mayo (Buenos Aires) y aunque no era mapuche era muy consciente de la historia de los mismos. Se encontraba acompañando a la comunidad Pu Lof de Cushamen en un conflicto por la recuperación de tierras. En esta oportunidad, la acción de la que participaba el joven pedía la liberación de Facundo Jones Huala, un líder mapuche encarcelado, que defiende el reclamo de su comunidad, incluso promoviendo la lucha armada. Junto a otros activistas buscan recuperar sus tierras y expulsar a los terratenientes que los han marginado a la pobreza durante varias décadas.
La sociedad mapuche de Chile y Argentina se mantuvieron independientes hasta la ocupación de la región chilena (1860-1880) y la Conquista del Desierto en Argentina (1870). Desde ese entonces, los mapuches se volvieron ciudadanos de los respectivos estados.
En marzo del 2015, la comunidad mapuche de Cushamen decidió a recuperar su territorio ancestral, volviendo a una de las estancias que desde los años ’90 pertenecen legalmente a la compañía multinacional Benetton, que posee más de un millón y medio de hectáreas en la Patagonia Argentina; una región que concentra el 80% de las reservas petroleras, grandes recursos hídricos y una gran diversidad de flora y fauna. La recuperación para estos pueblos tiene la carátula legal de "denuncia penal por usurpación" para sus dueños también legales.
Frente a este contexto resulta necesario, para esclarecer, analizar ciertos puntos. Primero las causas que están en el ojo de la tormenta ¿Qué reclamaba Santiago Maldonado? Como se menciona anteriormente la comunidad Mapuche (que apoyaba el joven) reclama la propiedad de tierras que el Estado les quitó y se les dio a propietarios ingleses hace 200 años. Este pedido es totalmente legítimo porque América era ocupada por los pueblos nativos y los europeos se apropiaron del territorio. Que hayan pasado siglos, no quita la gravedad. Incluso en la Constitución Nacional, Articulo 17, se reconoce su existencia y establece que se debe garantizar la ocupación de sus tierras tradicionales y se le deben entregar otras que puedan trabajar. Resulta contradictorio que todo el territorio argentino era de los pueblos originarios, y que se los hostigue y reprima por reclamar algunas tierras cuando es un derecho constitucional.
Por otra parte, el reclamo de la liberación de Hualas, aunque es verídico que bajo ningún punto de vista constitucional puede permitirse la lucha armada y el ejercicio libre de la violencia; no hay que dejar de lado que el líder Mapuche pertenece a otra cultura que no tendría que estar obligada a sentirse parte de la Nación Argentina, y si no se sienten parte ¿Por qué obligarlos a respetar las leyes de un Estado del que no se sienten parte y encima los margina históricamente?
Quizás sea hora de que se reconozca que el territorio es habitado por más de una cultura, con su modo de ser, que puede no coincidir con lo que los descendientes de los conquistadores han creído que es lo mejor para ellos. Si el Estado le va a exigir a los pueblos originarios que respeten la Constitución, lo mínimo que puede hacer es garantizarle los derechos que en ella se le reconocen. Es hora de escucharlos, de sentarse a negociar con ellos.
Segundo, la existencia de intereses económicos, no hace falta ser súper dotado para saber que el gobierno está conformado por CEOS, y es como una gran cámara empresarial. Frente a eso no resulta extraño que en un conflicto donde se enfrenta la comunidad Mapuche con la compañía multinacional Benetton, apoyen al grupo económico más fuerte. Por apoyar entiéndase a poner a disposición al aparato judicial y al ministerio de seguridad, llegando al extremo de reprimir violentamente e incluso desaparecer a una persona, para finalmente poner palos en la rueda en una investigación judicial.
Tercero, la desaparición de Maldonado ha sido caratulada como desaparición forzada. Es muy grave el hecho de que haya desaparecido en medio de un procedimiento realizado por una fuerza federal. Hay testigos que aseguran que lo mató Gendarmería, y lo cargaron en una camioneta para no dejar rastros. Pero ni los testigos pueden estar en paz, la Ministro de Seguridad develó la identidad de un testigo protegido.
Para la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas de la Naciones Unidas, una desaparición forzada es “el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley”.
Cuarto, el reclamo de la aparición con vida de Santiago Maldonado ha logrado la adhesión de organismos nacionales e internacionales por los derechos humanos. Estas son entidades serias, con un marco teórico extenso y confiable en la materia de derechos humanos. Sin duda el apoyo de este tipo de organizaciones le da legitimidad a cualquier reclamo.
Cerrando esta nota de opinión, justamente un último aspecto que hay que tener en cuenta es la opinión pública. Está claro que hay una politización del tema, que puede ser por el año electoral o no, porque efectivamente otros temas de politizan en periodos que no son electorales. Más allá de la postura que adopten los distintos sectores, existe un delito reconocido por la justicia que está actuando, que no se agrava por culpabilizar al gobierno, ni es poca cosa porque haya habido desaparecidos en otros gobiernos. Esta es una cuestión de Estado, más allá del gobierno de turno, es una mancha en la historia democrática.
No hay que caer en la burda fundamentación a partir de la comparación, ya sea con los desaparecidos de la dictadura, o los casos de Jorge Julio López, o el fiscal Nisman que no desapareció. Tampoco de las víctimas de la trata de persona. No es lo mismo haber desaparecido durante un golpe, que desaparecer en democracia. Tampoco lo es que te desaparezca una organización para-estatal o ser víctima de la inseguridad, a que te desaparezca el Estado que tiene que cuidar a la sociedad. Sin dudas la violencia y la inseguridad son cuestiones estatales, que los gobiernos tienen que prevenir, no puede permitirse que este reprima y desaparezca ciudadanos.
La lucha de los pueblos originarios ya tuvo miles de víctimas, Santiago es una víctima más. ¡Sí!, en el siglo XXI. Pasaron varios siglos y no se la da solución al reclamo. Un pueblo sin memoria, está condenado a repetir los mismos errores. No hay que dejar de buscarlo, ¿dónde está Santiago Maldonado?


Democracia en la cuerda floja

Por Evangelina de la Cal
Tras la desaparición de Santiago Maldonado el 1º de agosto en una protesta Mapuche en Chubut, se ha generado una gran conmoción en el país. Las redes sociales se convirtieron en una memoria que exige tener presente a diario el acontecimiento y la búsqueda.
Más allá de la opinión formada de cada persona sobre lo sucedido, es preciso notar que el caso está en la agenda de los medios masivos gracias a la exigencia del pueblo. En hipótesis, si hoy no existiera internet; los medios, posiblemente, no hayan hablado sobre el hecho.
Volviendo a la opinión, no hay forma de pensar en que esté bien que alguien desaparezca por etnia en una democracia, y mucho menos bajo las fuerzas de la Gendarmería. Sea quien sea la persona que esté en el poder, fracasó en su labor demócrata.
Por eso, ante esta falla, es fascinante que los argentinos vayan en busca de respuestas y tomen riendas sobre el asunto en una retroversión de poder, marcando la agenda de los medios hegemónicos, cuestionando y teniendo memoria. Porque cada vez que ocurre una desaparición en el país se marca un retroceso, se retorna al miedo y al duelo de todos los que no volvieron.
La libre expresión es algo que no se está teniendo en cuenta en este último tiempo y las reformas realizadas a la Ley de Medios Audiovisuales lo avalan. Santiago estaba ejerciendo su derecho a huelga y termino sin su derecho a la libertad.
Cuando hay democracia, libre expresión y medios por donde difundir, es menester hacer uso de ellos. De no ser así, la sociedad se encontraría estancada y dominada. Libertad, diversidad y tolerancia sería el ideal para la era comunicacional que se está llevando a cabo en estos tiempos.


30 días

Por Blas Martínez
La desaparición de Santiago Maldonado es un tema muy presente en la agenda pública. Hace 30 días desapareció, presuntamente detenido por gendarmería en la Lof, Resistencia Cushamen, Chubut.
Muchas versiones se han dado sobre este tema, entre ellas, que el joven está de vacaciones en Entre Ríos y que no ha tenido nada que ver en las protestas. Relato ya desestimado.
Cuando un hecho trasciende, todos comenzamos a opinar, es nuestra naturaleza, principalmente la argentina, la cual nos hace opinar de todo, sepamos o no. Es cuasi cómico las múltiples teorías conspirativas que han surgido. Como ocurre siempre, una de las primeras tendencias es tirarle el fardo al gobierno de turno.
A partir de acá la cosa es sencilla: la discusión se extrapola a un ámbito político-partidario, logrando que la gente se fanatice, se enfrente y desvíe su atención de lo realmente importante. Sin mencionar la gente que se quiere desprender del tema, por tanto partidarismo y la agresión que esto genera.
Ante todo esto, debemos preguntarnos si es correcto hacer depositario de la culpa a quién gobierne en esos momentos. Desde el 24 de agosto se reconoce participación del Estado, eso no entra en discusión, pero…  ¿Acaso el Estado no es un reflejo de la sociedad? ¿No somos todos en parte responsables?
Esperemos que se reflexione sobre nuestro papel y accionar en pos de una Argentina mejor. Y que aparezca Santiago con vida.

Otro más y van…

Por Gabriel Linch
Treinta son los días que lleva desaparecido el bonaerense Santiago Maldonado, un joven artesano de tan solo 27 años que vivía en la localidad de El Bolsón y apoyaba los reclamos de la comunidad mapuche. Fue visto por última vez el pasado 1 de agosto sobre la ruta 40 en Chubut, cuando gendarmería reprimió una manifestación de la tribu indígena.
Históricamente los pueblos originarios enfrentaron los intentos de ocupación de sus tierras, desde la llegada del imperio español y la conquista europea en el siglo XVIII, como así también en la segunda mitad del siglo XIX batallando contra el propio gobierno argentino, en lo que hoy se conoce como la "campaña del desierto". Y aún más cercano en el tiempo, donde las comunidades mapuches contemporáneas han reivindicado sus propiedades territoriales y derechos que antiguamente pertenecieron a sus antepasados.
Si bien en provincias como Neuquén han logrado tener mayor éxito en cuanto a conservación de su terreno y reconocimiento por parte del estado, distinto es lo que ocurre en provincias vecinas como Rio Negro y Chubut, donde su aceptación ha sido menor y ha generado conflictos de baja intensidad, pero conflictos en fin.
Varias versiones y campanas hemos escuchado en los medios, que gran cantidad de horas dedican al tema, la cuestión se ha politizado sin lugar a dudas, e incluso algunos aprovechan para criticar al actual gobierno (sobre todo a la ministra de seguridad nacional Patricia Bullrich, quien está en el ojo de la tormenta). Y si de los medios hablamos el tema ha tomado un tono novelesco, todos opinan y ya parece ser una nueva guerra entre "macristas" y los "k", entre TN Y C5N. Una vez más la grieta que poco ayuda al país, presente. Es tanta la relevancia del caso que también inundó las redes sociales y murales en a lo largo y ancho del país. Tan es así que hasta el propio al fútbol argentino tomó partido, desde banderas en los estadios y frases estampadas en remeras, y a tal punto que el seleccionador Jorge Sampaoli dio su opinión y deseo de esperanza cuando fue consultado en plena conferencia de prensa.
Y como todo lo que empieza mal termina mal, este asunto no parece ser la excepción a la regla en la república Argentina. La caratula de la causa judicial iniciada como "averiguación de delito" cambio el último 24 de agosto a "desaparición forzada de persona". Nombres como Jorge Julio López o María Cash, en distintos contextos, pero con un mismo final, son los casos más mediáticos en las últimas décadas, al que hoy, Maldonado se agrega tristemente a la (al parecer) interminable lista de desaparecidos en lo que llevamos de democracia, y esperemos no tenga el mismo desenlace.
La única realidad es que no hay crímenes perfectos, sino investigaciones truchas y personas que no se encargan de esclarecer los casos como corresponde. Pero parece que la historia es siempre la misma, que tenemos que aceptarla, que las cosas son así, que no se puede cambiar, que pasa y que va a seguir pasando, que hoy le toco a ese "pibe" y que mañana te puede tocar a vos, siempre hay excusas, siempre un pero, siempre el mismo final trágico, parece que nunca la justicia será verdaderamente la justicia, que eso no nos toca a nosotros, a decir verdad, a nadie "se lo traga la tierra". Y Santiago Maldonado, ¿Dónde está?

¿Dónde está Santiago Maldonado?

Por Rebeca Casal
Hace 30 días que la gente se pregunta qué pasó con Santiago Maldonado. El primero de agosto este viajero de 28 años desapareció del predio de la comunidad mapuche Pu Lof Chushamen en Chubut. La familia y organismos de Derechos Humanos reclaman por su aparición con vida y señalan que Maldonado fue subido a un vehículo de Gendarmería. El gobierno nacional no hace más que defender el accionar de esta fuerza de seguridad y afirman que este joven no estuvo en ningún momento bajo el poder Ejecutivo pese a las pruebas presentadas por la abogada Verónica Heredia, estas totalmente desacreditadas por la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que pone en duda los testimonios recabados hasta el momento.
A la hora de analizar el caso es inevitable no preguntarse si realmente creemos que el Estado no tiene nada que ver, o si están haciendo todo lo que tienen a su alcance para aclarecer esta situación. Es muy difícil ser objetivo a la hora de tocar un tema tan delicado como es la desaparición de una persona. Constantemente nos encontramos en las redes sociales, diarios y noticias, posturas políticas que tienden a pegarse, creyendo que preguntando por Julio López es atacar al gobierno anterior y preguntar por Santiago es atacar al gobierno actual, dejando de lado lo que a todos indigna realmente, algo a lo que no se puede acostumbrar jamás o permitir que siga pasando en una democracia como en la que deberíamos estar viviendo y que a muchos les cuesta ver o creerla al sentir que nuestros derechos como humanos se corrompen constantemente por tironeo de políticas que nos exceden diariamente.
Esta situación deja una familia más destruida, con un deseo constante de que Santiago no sea una bandera, mural o cartel, porque mientras él se encuentre ahí, no está junto a ellos en su casa, es el saber constante de no entender que pasó con un ser querido y este sentimiento tiene que tener una respuesta y no una vuelta de sin fines de información no clara y de un Estado que no responde ante un grito de justicia.
La gente en sus casas, en las calles y en el mundo tiene derecho a saber que pasó, que se esclarezcan las circunstancias de su desaparición, se identifiquen a los responsables materiales y a los actores intelectuales y se determinen las responsabilidades penales, administrativas y políticas de semejante hecho aberrante. Se tiene el derecho a no dar por muerto a Santiago y que se respete ese derecho porque a él se lo llevaron con vida y con vida se lo quiere de vuelta, también es importante dejar en claro la exigencia de un ¡Nunca Más!

Santiago Maldonado ¿realmente desapareció? 

Por Luciana Barragán
Caso Santiago Maldonado, en los últimos días se ha venido hablando bastante en todos los medios de comunicación y en redes sociales.
Hoy salimos a la calle con un par de compañeras, a interrogar, a un cierto número de tresarroyenses, para saber sus opiniones respecto a la desaparición de Santiago Maldonado.
Si bien varios de los interrogados mantuvieron su neutralidad sobre el tema, otros no dudaron en manifestar su postura política. Muchos creen que Santiago, no desapareció y afirman que este mismo permanece oculto en algún lugar. Otros justifican con que no hay una “información clara” y que ya hay un gran número de personas desaparecidas a lo largo de los años. Otros afirman que está desaparecido, pero no logran comprender, la forma y manera en la cual desapareció.
A lo largo de las entrevistas que realizamos surgieron otros interrogantes por parte de las personas: ¿Quién se beneficia? Y ¿Quién se perjudica con esta desaparición?; la mayoría de los entrevistados cree que todo esto se trata de política, otros no saben que lo que pasó y desconfían de los medios de comunicación. Sostienen que no están siendo objetivos, y aseguran que se tienen que guiar por su propio instinto y sacar sus propias conclusiones.
En fin, la desaparición de una persona siempre va a ser un hecho triste y trágico, por así decirlo, tanto como para los familiares como para la sociedad.

Aparición con vida de Santiago Maldonado.

Por Camila Butassi
Santiago, es un artesano argentino de 28 años. El joven viajó, a finales de julio, a la localidad argentina Cushamen, Chubut; para apoyar a la comunidad mapuche que reclama como propios los terrenos que ocupa. Según testigos presenciales, la última vez que se lo vio fue el 1 de agosto en la violenta represión que realizó Gendarmería Nacional a la protesta.
La desaparición del artesano se está politizando cada vez más. Se responsabiliza al gobierno actual por la ausencia de Maldonado. La ministra Patricia Bullrich no da respuestas y defiende a Gendarmería, sembrando más dudas. ¿Por qué tardaron ocho días en contactar a la familia de Santiago? ¿Por qué algunos medios de comunicación difundieron información falsa del paradero del joven?
Bullrich en un principio negó la desaparición forzada de Maldonado, pretendía que estaba “perdido”. Es inadmisible que alguien extraviado no trate de comunicarse con su familia o pida ayuda para hacerlo.
Con la intención de desviar la atención, se tardó 23 días en cambiar la carátula de “persona desaparecida” a “desaparición forzosa de persona”. Lo cual implica la responsabilidad de miembros del Estado.
En el año 1984 en Argentina, se utilizó la expresión “Nunca Más” para repudiar el terrorismo de Estado, ocurrido durante el “Proceso de Reorganización Nacional”. La frase es muy popular y fue adoptada por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). Si nunca más, es nunca más, ¿por qué tenemos que aceptar que vuelva a ausentarse una persona sin rastros de su paradero? Santiago Maldonado no está extraviado, está desaparecido.

¿Dónde está Santiago Maldonado? El reclamo del pueblo.

Por Ignacio Ucci
En las aulas, en los barrios, en las redes sociales, en todo el país están pidiendo por la aparición del joven que falta hace un mes.
Santiago Maldonado, un joven de 28 años que está desaparecido desde el 1 de agosto. Santiago Maldonado, quien ese día se encontraba en una protesta al ser visto por última vez. Santiago Maldonado, artesano que se sumó al reclamo de una comunidad Mapuche en Cushamen, Chubut, y nunca volvió a ser visto. Santiago Maldonado, presente al momento de la represión llevada a cabo por la Gendarmería Nacional y desaparecido en una situación aún no del todo clara. Santiago Maldonado, el nombre que viene sonando y amplificándose tanto en los medios de comunicación como en la boca del pueblo argentino. Santiago Maldonado, víctima del poder del Estado, el cual no quiere aceptar su responsabilidad. Santiago Maldonado, hoy el nombre ya es un símbolo de muchas personas que, más o menos comprometidas con el caso, piden al Estado que cumplan con su función primordial de velar por la seguridad y el bienestar del pueblo. 
Santiago Maldonado es todo eso, pero también es una persona. Y hoy falta, nadie sabe dónde está. Es una persona desaparecida bajo la mirada de un gobierno elegido democráticamente, y su desaparición está fuertemente vinculada a este.
Pasados tantos días todavía no hay información concreta del paradero actual de Santiago, pero una cosa se sabe con seguridad y es que los testimonios de los presentes lo ubican en la protesta de ese día. 
El caso no tuvo inmediata repercusión en los medios masivos de comunicación principales en Argentina, aunque fue tomado más en cuenta ante la creciente preocupación social que, después de un mes, siguen pidiendo por su aparición con vida. También es importante analizar la falta de declaraciones de los sectores políticos involucrados a las fuerzas legítimas del Estado, ante la insaciable petición del pueblo por respuestas.
Recién a lo largo de esta última semana los funcionarios, como la ministra de seguridad Patricia Bullrich, se deciden por enfrentar de cara la situación y se animan a dar sus declaraciones. Aunque, casi insultando la inteligencia del masivo público, se acercan a los programas televisivos o a los medios editoriales más compinches del oficialismo, y brindan sus explicaciones en un ambiente generado para satisfacer su versión.
Como si fuera poco, los medios más elitistas y en clara conformidad con el gobierno de turno, optan por responder a la enorme movida social, tanto en redes sociales como con su presencia en las calles, con un constante intento de desacreditación por la causa.
Tal vez no se trate de ningún plan sistemático para desaparecer cabezas revolucionarias, nadie quiere pensar que estamos viviendo acobijados por funcionarios tan cínicos, pero de cualquier forma el Estado nos debe la respuesta
¿Dónde está Santiago Maldonado?


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