Por
Ivana Cuello
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| El Sabon Pablo y sus alumnos instantes antes de comenzar el entrenamiento. |
Todos los martes y jueves, entre las 18 y hasta pasadas las
22, el instructor de Taekwondo, Pablo Muños se hace presente en la sede del
Club Boca en Av. Caseros 360 para enseñar esta forma de vida, a sus más de 50
alumnos de diferentes edades que concurren a los distintos turnos.
El Taekwondo es un arte marcial moderno, creado por el
general Choi Hong Hi, y reconocido por Corea del Norte en 1955. Esta disciplina
cobró popularidad y se expandió globalmente, incluso es uno de los deportes que
se llevan adelante en los Juegos Olímpicos. Sobre la situación en Argentina,
Muños comentó que “es potencia mundial”, porque muchos argentinos han llegados
a niveles de formación muy altos y viajan por el mundo enseñando.
El Sabon Pablo (como le dicen sus alumnos) es II Dan, y hace
varias décadas le dedica su vida a esto que le apasiona, acompañado de su
esposa (que también es instructora) y de sus hijos. Dejó de hablar unos
instantes, miró a sus alumnos y con orgullo comentó (señalando a un chico) que
es su hijo, y está entrenando mucho para poder rendir para cinturón negro,
también mencionó que tiene otro hijo, pero con humor añadió que cambio de
deporte.
Muños afirmó “hay que ser cada día un poquito mejor, de eso
se trata la vida y el taekwondo”, explicó que esta es una forma de vida porque
no solo comprende la preparación física de un deporte, sino también un
desarrollo intelectual y moral. El taekwondo desarrolla el cuerpo y la mente,
mejora la autoestima, ayuda a construir confianza, desarrolla disciplina y
enseña autodefensa.
Sobre su labor enseñando, el Sabon Pablo, dijo “el que enseña
aprende dos veces” y explicó que son muy necesarios los instructores, por ello
su objetivo es formar para que este arte marcial siga perpetuándose en las
próximas generaciones. Sin dudarlo afirmó “me quiero morir con el traje
puesto”.
Muños logra transmitir esa pasión que tiene a sus alumnos,
los que estaban presentes en el turno de las 21 afirmaron que el taekwondo es
su vida. Son jóvenes y adultos que llegaron al Grupo de Boca, buscando superarse
y día a día se sienten más realizados. Seguridad personal, confianza, madurez
son algunos de los logros que se atribuyen estos taekwondista, además de ser parte
de un grupo humano del que se sienten orgullosos.
Les ha sido difícil lidiar con los comentarios de las
personas que desconocen de que se trata la disciplina, pero definitivamente
tienen la capacidad de tolerar el comentario desinformado y a veces mal
intencionado de la gente en general.
La inclusión y la solidaridad son pilares para el
funcionamiento de este grupo. Mediante diferentes actividades para recaudar
fondos, logran que en las actividades se puedan becar jóvenes y así facilitar
la inclusión de todos y todas. En este sentido, el Grupo de Boca, está
realizando una rifa y próximamente se dictarán jornadas de defensa personas a
beneficio de las categorías infantiles del grupo.
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